Iniciamos la ruta de identificación de nuestras fortalezas desde el Ser. Este proceso requiere tiempo, bajar el ruido del mundo exterior, para atender y escuchar con interés nuestro mundo interno. Pensarnos, sentirnos, descubrirnos… Bajar la aceleración que nos impone la cotidianidad, y tomarnos el tiempo de encontrarnos con nosotras y nosotros mismos, y conectar las esencias que nos habitan.

Lo primero es distinguir entre nuestros talentos o dones, las habilidades y conocimientos y los intereses y pasiones. Veámoslo de una manera sencilla.

Los talentos son naturales, son dones que nos regaló la vida. Son aptitudes o capacidades naturales, que nos permiten desenvolvernos adecuadamente de una manera natural. Podemos tener un talento para la música, la pintura, para el deporte, las matemáticas o el humor, y eso significa que se nos da con mucha facilitad tocar un instrumento, dibujar, desempeñarnos en algún deporte, hacer cálculos matemáticos, o recrear la vida y hacer reír a las personas.

Las habilidades y el conocimiento, son capacidades que desarrollamos, con disciplina, con estudio y dedicación.  Quizá nos cueste un poco más que aquellas personas que tiene un talento natural, pero igualmente, si trabajamos de manera sostenida en lo que nos apasiona, desarrollamos habilidades que se destacan como un talento.

Mientras que los intereses y pasiones, se refiere a las actividades que entusiasman, que nos emociona y nos hacen vibrar, por que nos conectan con la vida, con lo que somos, con lo que queremos ser.

Para aprovechar nuestros talentos debemos reconocernos. Tenemos talentos ocultos, potenciales, algunos que se han inhibido por circunstancias vitales, otros que no necesariamente coinciden con nuestros intereses. Para iniciar esta ruta, piensa en tu historia de vida, reconoce en tu trayecto vital, aquellas actividades que se te dan con facilidad en forma natural. Lístalas todas, no te limites… tu referencia, eres tu.

Gladys Yamelicse Quintero

Facilitarte Procesos